El bullying o acoso escolar es un fenómeno global que ha afectado a generaciones. No solo puede tener consecuencias inmediatas, sino que su impacto puede ser duradero y extenderse a la adultez. Para enfrentar este problema, es esencial comprenderlo a fondo y establecer estrategias efectivas de prevención y respuesta.

La Prevalencia Mundial estima que aproximadamente un tercio de los estudiantes a nivel global ha sido víctima de bullying en alguna etapa de su vida escolar.Aunque el bullying físico y verbal son preocupantes, el ciberbullying ha ganado terreno con la digitalización. Alrededor del 15% de los jóvenes han reportado ser víctimas de ciberbullying, cifra que sigue en aumento con el crecimiento del uso de redes sociales.

Las estadísticas muestran que el 30% de las víctimas de bullying tienen un gran impacto en su salud mental: manifiestan síntomas relacionados con trastornos depresivos. Además, estos jóvenes tienen más probabilidades de experimentar ansiedad, autolesiones y pensamientos suicidas. Además de ello, las víctimas de bullying suelen tener un rendimiento académico inferior en comparación con sus compañeros, con una mayor propensión al absentismo escolar.

Combatir el bullying requiere un enfoque holístico que no solo sancione el comportamiento negativo, sino que también fomente un entorno de respeto y comprensión. Esto implica trabajar en la autoestima de los estudiantes, mejorar las habilidades de comunicación y resolver conflictos, y promover la inclusión y diversidad.

Las campañas educativas que promueven la empatía, el respeto y las habilidades de resolución de conflictos han demostrado ser efectivas. Para ello se hace crucial que dichos programas este en el currículo escolar. Dentro de ellos destacamos la formación docente  capacitar a los educadores para detectar signos tempranos de bullying y proporcionarles herramientas para intervenir de manera efectiva.Crear entornos escolares seguros donde los estudiantes se sientan seguros y respaldados es esencial. Las escuelas deben tener políticas claras y explícitas contra el bullying, con consecuencias establecidas. Estas políticas deben ser conocidas por toda la comunidad educativa.

El bullying es un desafío complejo que no tiene soluciones sencillas. Sin embargo, con una combinación de estrategias educativas, políticas claras y el compromiso de toda la comunidad, es posible crear entornos escolares más seguros y positivos. Involucrar a padres, cuidadores y otros miembros de la comunidad en los esfuerzos de prevención puede amplificar el impacto de las iniciativas anti-bullying.

Desde Centro Crece contamos con un equipo de psicólogos especializados, ellos pueden ser figuras clave en la lucha contra el bullying: proporcionando apoyo terapéutico a las víctimas para ayudarles a superar el trauma y desarrollar resiliencia, trabajando con los perpetradores para abordar las raíces de su comportamiento agresivo, colaborando con los educadores y padres para crear estrategias y programas de prevención que fomenten un ambiente escolar más seguro y respetuoso o mediante la enseñanza de habilidades sociales y emocionales, un psicólogo puede contribuir significativamente a mitigar y prevenir futuros casos de bullying.

Es una inversión en el presente y el futuro de los jóvenes y de la sociedad en su conjunto. Si detectas que tu hijx puede estar siendo víctima y/o agresor debes actuar rápido para no normalizar este tipo de conductas. 

Claudia Molpeceres Gómez
Neuropsicologa sanitaria CV12873