La dislexia es un trastorno del aprendizaje específico de la lectura y la escritura, caracterizado por dificultades en la precisión y fluidez del reconocimiento de palabras y por problemas de habilidades de descodificación y deletreo. Aunque las personas con dislexia tienen dificultades para procesar el lenguaje escrito, esto no refleja su inteligencia general ni su capacidad para pensar de manera creativa. Dado que la lectura y la escritura son habilidades fundamentales para el éxito académico, es crucial diagnosticar y abordar la dislexia a tiempo. Para con ello,  diseñar una intervención adecuada que permita a la persona con dislexia desarrollar estrategias y habilidades para superar sus dificultades y alcanzar su máximo potencial académico y personal.

Las señales más comunes que pueden indicar una dislexia son:

El proceso para diagnosticar este trastorno. Comienza por el estudio del historial familiar y desarrollo del niño: la dislexia puede tener un componente hereditario, se suele comenzar recopilando información sobre otros miembros de la familia que puedan haber tenido dificultades de lectura. Además, se pregunta sobre los hitos del desarrollo del niño, como la edad en que comenzó a hablar y se descartar otros problemas médicos que puedan estar afectando la capacidad de lectura y escritura.

Seguidamente comenzaremos con las evaluaciones, estas deben componerse por una parte educativa/académica, pruebas psicológicas estandarizadas, neuropsicológicas y de habilidades fonológicas.

El proceso de diagnóstico es único debido a las características que se presenten, será el profesional el que previamente comunique la mejor manera de realizarlo. 

¿Quién Diagnostica la Dislexia?

El proceso de diagnóstico suele ser multidisciplinario, y suele incluir:

Angelica Díaz Fernández y Claudia Molpeceres